Paseo marítimo y muelle
Paseo marítimo. Entorno natural y de ocio de Pontedeume
Fue inaugurado en el año 1996, ocupando la ribera de la ría entre el puente de piedra hasta casi el de la autopista. Fue ampliado en años posteriores con los tramos del río Covés y el que transcurre paralelo a la autopista. Ideal para caminar, correr o andar en bicicleta, permite contemplar en algunos de sus tramos excelentes vistas de Pontedeume. Es uno de los principales espacios de recreo de la villa, y cuenta con parque infantil, pantalán y rampa en diferentes puntos.
Desde el año 2017 el Paseo Marítimo cuenta con un nuevo parque infantil en uno de sus espacios más privilegiados y soleados, junto a la piscina municipal y con buenas vistas a la ría. El parque tiene iluminación y cuenta con diversas atracciones para la diversión de niñas y niños, así como máquinas para realizar ejercicio al aire libre.
En Pontedeume se lleva a cabo marisqueo en el estuario de manera tradicional, respetando el medio natural. Se utilizan herramientas como azadas o rastros, pues la extracción mecanizada no está permitida. Los mariscadores y mariscadoras realizan tareas de extracción mayoritariamente con marea baja. Una vez recogido el marisco, se lleva a la lonja para su control, separación por tamaño (los más pequeños serán devueltos al estuario) y posterior venta.
Se extraen las siguientes especies: almeja fina, almeja babosa, almeja japónica, berberecho y ostras.
La técnica de marisqueo consiste en el lanzamiento del varal desde la lancha, apoyándolo en el hombro, izándose y lavándose, recogiendo los de talla comercial de la malla metálica.
Muchas aves no residen aquí durante todo el año, sino que migran en algunas estaciones. Las aves invernizas pasan aquí el invierno escapando de las hostilidades climáticas del norte de Europa.
Podemos encontrar las siguientes:
Martín pescador: esta pequeña ave de colores llamativos tiene un vuelo muy rápido, podrás verla pasar rápidamente como un brillo intenso azul. Se sumerge para pescar pequeños peces, larvas e insectos
Garza real: esta majestuosa ave es muy común en el invierno. Se alimenta de peces, ranas y cangrejos.
Garceta: se alimenta de pequeños peces, anfibios y crustáceos caminando por las orillas con lodos y removiendo el limo de las patas para sacarlos de sus escondrijos.
Lavanco: pato común que verás todo el año en diferentes tipos de masas de agua.
Cormorán grande: ave que se sumerge en la búsqueda de peces y que luego se posa en las rocas con sus alas extendidas para secar su plumaje.
Gabita: se encuentran en estuarios y playas de amplio intermareal, removiendo la arena en busca de bivalvos y otros invertebrados.
Tejo
En el paseo marítimo, además de un parque infantil, zona de aves y zona de marisqueo, también hay un tejo que está recogido en el Catálogo Galego de árbores senlleiras.
Originario de Europa, aunque en la zona del Eume no encontramos poblaciones silvestres. Existen tejos machos y hembras; en este caso se trata de una hembra ya que presenta frutos. Florece en la primavera y sus frutos maduran en el otoño, dando lugar a una envoltura carnosa de color roja, única parte no venenosa del árbol y con forma de baya. De la combinación de estas dos características procede su nombre científico: Taxus baccata (del griego taxus: veneno, baccata: baya).
Una de sus características es su lento crecimiento. Pueden llegar a vivir 5000 años, y por eso siempre estuvo, desde la antigüedad, asociado a cementerios, pazos e iglesias. Este tejo tiene entre 300 y 500 años. En 1870 pasó a formar parte del “jardín de los Tenreiro” y fue podado según el estilo de la época, llegando a tener tres pisos bien diferenciados a los que se accedía por una escalera de caracol, siendo habitable.
Fue visitado por importantes personalidades de la época como Emilio Castelar (presidente de la I República que lo visitó el 5 de septiembre de 1885), Manuel Azaña (realizó su visita el 24 de agosto de 1924) , José Martínez Ruíz (Azorín), el premio Nobel José Echegaray, Ramón María del Valle-Inclán y Emilia Pardo Bazán, que escogió el tejo como escenario en su obra “Una Cristiana” (Unha Cristiá).